1. No delegues responsabilidades en personas sin experiencia. Aunque tu tía, mamá o cuñada pueden ofrecerte su apoyo con mucho cariño, planificar una boda requiere tiempo y decisiones informadas. Contar con un profesional experimentado te ayudará a evitar pérdidas económicas y reducir el estrés durante el proceso.
2. No contrates servicios sin haber definido la cantidad de invitados. Cada invitado representa un gasto en alimentos, bebidas, mobiliario y las diversas experiencias que deseas ofrecer. Tener claro el número de asistentes te permitirá tener un presupuesto realista y evitar sorpresas financieras que puedan limitar tus opciones.
3. Planifica tu boda con el tiempo adecuado. Lo ideal es comenzar la planificación entre 6 y 9 meses antes del gran día. Esto no solo te permitirá organizar un plan de pagos si trabajas con una wedding planner, sino que también te dará la oportunidad de costear la boda de tus sueños sin apuros.